Vuelvo a Mâcon

Pues sí: nos hemos embarcado en un proyecto Erasmus+. Y dentro de este proyecto yo me he venido a hacer jobshadowing* a Mâcon.


Empiezo a contar: lo primero, decidí que quería ir de observador a un instituto. Lo segundo, contactar con un centro con buena disposición a acogerme. Aquí llegó el momento de aprovechar la buena relación que el departamento de Francés del Cervantes tiene con el lycée maconés “René Cassin”. ¿Podrían las profesoras con la que tenemos trato ponerme en contacto con el departamento de Matemáticas de allí? Dicho y hecho: Mme. Cinarelli (un encanto de mujer) se ofrece a acogerme durante una semana. Vamos allá.


El viaje: 1350 km en coche desde Alcázar hasta Mâcon en dos etapas. Una noche a los pies de la montaña de Montserrat y el resto del tirón hasta la capital de Saône-et-Loire. Muchísimo viento durante todo el camino y nieve (¡a primeros de abril!) antes de llegar a Lyon. Voy a hacer la broma fácil: tuve un recibimiento muy frío.

Mâcon, ciudad hermanada con Alcázar de San Juan

Reencuentro: vine a Mâcon un par de veces siendo alumno del Cervantes, como actividad de hermanamiento entre las ciudades. Por desgracia, en ambas ocasiones las familias de acogida vivían fuera de la ciudad (en Crêches-sur-Saône) y no puede llegar a conocerla lo que me hubiera gustado. Total, que decido aprovechar la tarde del sábado para callejear por el casco antiguo y asomarme a la orilla del Saona a ver si consigo recordar algún rincón.

Sábado por la tarde, capital de provincias francesa, aún no ha anochecido: nadie por las calles. Alguien ha debido avisar que vengo y se están escondiendo. 

Nadie por las calles

Me acerco hasta el río: nunca dejará de sorprenderme la majestuosidad de los ríos franceses. Para alguien que creció estudiando en el colegio que el Guadiana es uno de los principales ríos de España, la visión de cualquier corriente de agua al norte de los Pirineos siempre deja sin aliento.

Mâcon desde la otra orilla del Saôna



Después de reconocer un par de sitios (San Vicente el Antiguo, la sede de la Prefectura, el Ayuntamiento y San Pedro) y de comprobar que fuera de mi pueblo también hay una cierta fiebre por las obras públicas en el centro, regreso a la base.

Sitio chulo, placeta en obras


Saint Pierre, frente al ayuntamiento


Lo que queda de San Vicente el Antiguo



Domingo: estoy invitado a comer en casa de los Swinnen-Cinarelli, que viven a 60 km de Mâcon. Aprovecho para viajar por la nacional y disfrutar un poco del paisaje y los pueblos que voy atravesando. A la vuelta tomo la carretera (más bien comarcal esta vez) que pasa por Cluny y que resulta ser mucho más interesante que la otra: aldeas, iglesias medievales, viñas… Esas casas de piedra en las que no te importaría venirte a pasar una vida leyendo.

Al llegar vuelvo a probar suerte con el mismo resultado: están casi todos escondidos.



Nadie

Nadie, nadie


Mañana me estreno en el lycée: a ver qué tal.



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* Jobshadowing: que vengo a observar cómo trabajan los compañeros en otras partes de Europa, vaya.

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